Post visceral. Escrito sin pensar.
A veces pienso que se me exige demasiado. Que escuche cada neura, que sea hombro, abrazo, comprensión. Que esté siempre ahí. Que nunca falle. Que saque la sonrisa en el momento preciso. Que me ponga la nariz roja de payaso en el instante adecuado. Se me exige que no sufra, que no tenga nada que contar. Que no sienta y si lo siento, que no lo diga. Buena cara. Que tenga tiempo incluso cuando no lo tengo. Que haga piruetas con mi vida, por ayudar a los demás. Y siempre lo he hecho porque sí. Sin pedir nada a cambio. Sin flores. Sin pretensiones.Pero lo siento. G. es frágil. Y también necesita cariño. Compañía. Y tiempo. ¿Por qué os vais ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario